viernes, 12 de febrero de 2010

Para estas fechas...Bombones de sangre

Disculpen que haya desatendido el blog. Pero sinceramente habían tantas cosas para escribir que no me animaba a decidir. Afortunadamente Dragut ya se acordó que es Febrero y toda la peste cupidesca se nos viene encima. Y en medio de tanta cursilería, siempre es bueno un poco de realidad.

Bombones por San Valentín

Si te gusta el chocolate y los bombones (un regalo tan romántico y adecuado en estas fechas) quizás no debieras leer esto. Pero si has aterrizado en este blog se presume que mantienes inquietudes por determinados asuntos como la Justicia y la Dignidad Humana, así que no te vendrá mal leerlo.

Hablemos pues del chocolate. Este producto se fabrica como todos sabemos usando el cacao como materia prima. Es en África donde se produce el 70% del cacao que luego se distribuye por el mundo en forma de bombones, chocolatinas o cacao en polvo para la leche de nuestros niños.
Hablemos de alguna marca, por ejemplo Nestlé. Muchos hemos regalado en alguna ocasión su famosa caja roja de bombones. Pero ¿Qué hay detrás de eso?

Para conocerlo tenemos que irnos a una maltrecha estación de policía de un pequeño pueblo de Malí, África Occidental. Allí, los archivos sobre niños desaparecidos se amontonan interminablemente sobre mesas y estanterías. El jefe de policía local no tiene dudas sobre a dónde fueron a parar los niños. Definitivamente, allá existe esclavitud, dice refiriéndose al vecino país de Costa de Mafil. Los chicos tienen que trabajar tan duro que enferman y muchos de ellos mueren.

Los niños pertenecen a las áreas más pobres de Malí, son los hijos de vendedores callejeros o habitantes de los barrios marginales, cuyos padres los venden por 30 $USA.
Los niños, algunos de ellos menores de 11 años de edad, permanecen como prisioneros en las plantaciones y son golpeados si tratan de escapar. La gran mayoría de ellos tienen algunos dedos menos porque se les obliga a trabajar jornadas de hasta 14 horas con herramientas peligrosas y manejando productos altamente tóxicos como pesticidas. Tras cada agotadora jornada deben arrastrar sacos de hasta 70 kilos de semillas de cacao hasta los almacenes de la plantación (este peso incide en su crecimiento y les produce malformaciones en la columna vertebral; de mayores, si llegan a mayores, serán tullidos). Si se retrasan, son golpeados.
Se cree que al menos 300.000 niños trabajan en esas condiciones produciendo el cacao que abastece al menos la mitad de la demanda de chocolate a nivel mundial. La mayor de ellas es Nestlé.

La organización “Save the children” ha puesto un centro de acogida en la frontera para aquellos niños que puedan escapar de las plantaciones. Hasta ahora permanece semivacío. Su director, Salia Kante, tiene un mensaje para los consumidores:

Las personas que toman de ese chocolate están bebiendo sangre. La sangre de niños que tienen que cargar sacos de cacao tan pesados que les laceran los hombros

¿Será por eso que los envases de los productos Nestlé son rojos?

Según el primer ministro marfileño, Pascal Affi N’Guessan, las grandes empresas fabricantes de chocolate sólo están interesadas en sus ganancias. La asociación para la defensa de Derechos Humanos ILRF está convencida de que Nestlé conoce el fenómeno, porqué periódicamente visita plantaciones para averiguar la calidad del producto.

Pero no terminan ahí las canalladas: en 2002 Nestlé exigió a Etiopía, país azotado por el hambre, seis millones de dólares (una miseria para Nestlé) para compensar la nacionalización de una empresa en 1975. Ha sido muy criticada, además, por promover la leche en polvo en detrimento de la materna para alimentar a los bebés, especialmente en países del Sur, donde el agua potable suele ser un lujo y la leche en polvo se mezcla a menudo con agua contaminada.

¿Y en latinoamérica?
El Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) colombiano decomisó el pasado 22 de noviembre en el departamento de Quindío 8.094 paquetes de 25 kilos de leche en polvo “caducados desde hace mucho tiempo” que estaban siendo reempaquetados y reetiquetados con fechas de producción falsas. Dicha leche iba destinada a Venezuela. El senado venezolano se pronunció así al respecto:
Estos han expresado su “más enfático repudio a esta maniobra tramposa de la transnacional Nestlé, felonía que empieza por importar leche del extranjero a Colombia, a pesar de que ésta empobrece y empuja hacia la ruina a los ganaderos colombianos, sigue por hacerle fraude a un país en donde lleva décadas sacando multimillonarias utilidades y concluye atentando de manera gravísima contra la salud de nuestras gentes, y especialmente de los niños“.

Siguiendo en Colombia, la organización SINTRAINAL denuncia que Nestlé se apoya en bandas paramilitares para intimidar y atentar contra los trabajadores y sindicalistas que protestan ante situaciones de trabajo que consideran denigrantes.

Bien, esto se acaba. Si has terminado de leerlo y te sientes mal, te pido de corazón que me disculpes por haberte amargado el chocolate. Pero creo que es tu responsabilidad estar bien informado/a a la hora de llenar la cesta de la compra. Lo demás corre por tu cuenta: no creerte nada de lo que has leído arriba y seguir disfrutando de tu chocolate o decantarte por los productos de Consumo Ético que, si bien aún son un poco más caros, dejan mejor sabor de boca.


Feliz San Valentin, y por amor a Agonistes, no se separen mucho del mundo

No hay comentarios:

Publicar un comentario