2 horas y 40 minutos después, no dudaría endecir que han sido las monedas mejor invertidas en mi vida.
Esta año en particular se ha destacado por la cantidad de películas cuyo único atractivo han sido los efectos visuales. Transformers 2, 2012 y G.I. JOE son películas con una trama que hasta yo (un estudiante de ingenieria sin ingenio alguno) pude haber escrito. En serio. Mi sobrino de 4 años puede hacer mejores argumentos con sus juguetes de Bakugan. Pero la cantidad efectos especiales era tan avasallnte, tan imponente, tn estruendosa, que simplemente te enceguecían. Y por dos horas te olvidabas de los problemas del mundo.
Aquí no solo hubo artimañas de computadora que seguramente ya le aseguraron el próximo Oscar. La historia, y la forma en la que la cuentan, no solo te entretiene, te hace reflexionar, te hace pensar. En lo que dura la película, te diviertes, piensas sobre la actualidad, y sientes. Todo al mismo tiempo.
No voy a hablar de inmenso parecido entre la historia de Avatar y los lamentables sucesos en Bagua. Aunque es innegable el paralelismo que se hace, el punto es más grande aún. El hecho de que la cumbre de Coppenhague haya sido un fracaso sin precedentes en la lucha del hombre por no arruinar el único espacio habitable que posee en 502 años luz a la redonda nos hace pensar cómo es que gente que gana tanto dinero simplemente no peude entender que de anda sirve el petroleo si no queda naide a quién vendérselo.
Bueno, qué más puedo decir. Véanla en el cine, sería un crimen verla en DVD pirata y con doblaje gallego.
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